
IBT Jazmín Gasca
Especialista en filtración Industrial
Procefil-Camfil Agosto 25
Seguridad, cumplimiento normativo y eficiencia en sistemas HVAC en la industria de alimentos y bebidas.
Mantener el aire limpio en las plantas de alimentos, es un reto porque este tipo de industrias cuentan con procesos abiertos, humedad y con variaciones de temperatura. Los filtros de aire genéricos del mercado no bastan para hacer frente a las necesidades del sector de Alimentos y Bebidas. Adoptar soluciones avanzadas de filtración del aire y servicios de calidad de aire interior previene contaminación, cumple con las normativas, protege la producción, elimina contaminantes, reduce costos energéticos y prolonga la vida útil de equipos.
Permíteme acompañarte como especialista en Calidad de Aire para el sector de Alimentos y Bebidas, y te podré asesorar para garantizar la seguridad, el cumplimiento normativo y la eficiencia en el procesamiento de tus alimentos.
Bioaerosoles y partículas: el enemigo invisible en tu planta de alimentos.
La contaminación de los alimentos por el aire es un tema mucho más crítico de lo que suele imaginarse, especialmente cuando hablamos de salud pública. Los patógenos, bacterias y virus transmitidos por el aire no solo comprometen la calidad de los productos y la duración de este, sino que también pueden causar desde malestares gastrointestinales leves hasta infecciones graves que ponen en riesgo la vida. Este problema es particularmente preocupante en los grupos más vulnerables: bebés, niños pequeños, personas mayores, mujeres embarazadas y quienes tienen el sistema inmunológico debilitado.
Las partículas presentes en el ambiente – bioaerosoles – como polvos y levaduras transportan bacterias, mohos y esporas, que tienen la capacidad de infiltrarse en los alimentos y afectar directamente la seguridad de los consumidores. Estas se generan frecuentemente cuando se alteran fuentes microbianas, por ejemplo, durante la limpieza con mangueras de alta presión en áreas exteriores.
Las partículas liberadas pueden permanecer suspendidas en el aire durante minutos u horas y, dependiendo del flujo de aire y su tamaño, pueden incluso llegar al interior de las plantas a través de sistemas de climatización (HVAC) con filtración deficiente o filtros de baja calidad.

Los bioaerosoles pueden contener microorganismos como Salmonella, E. coli, Listeria, Bacillus y Clostridium. También es frecuente encontrar levaduras y mohos, sobre todo en alimentos donde el crecimiento bacteriano se ve inhibido, como aquellos conservados con altas concentraciones de sal. Por su parte, los virus, como el norovirus y el de la hepatitis A, representan un desafío adicional debido a su capacidad de resistencia y facilidad de transmisión.
En conjunto, estos factores evidencian que el aire que circula en los entornos de producción alimentaria no puede tomarse a la ligera, pues se convierte en un vehículo silencioso de contaminantes que comprometen la seguridad de los alimentos y, con ello, la salud de los consumidores. Para reducir estos riesgos, las plantas de procesamiento de alimentos deben estar diseñadas y mantenerse de manera que minimicen la exposición a contaminantes presentes en el aire. Esto implica:

Estas medidas conforman una barrera clave para proteger la integridad de los alimentos y cuidar la salud de los consumidores.
Normas regulatorias que rigen la calidad del aire en el procesamiento de alimentos.
Mantener el aire limpio en las plantas de procesamiento de alimentos no es solo una buena práctica, sino una exigencia regulatoria. Aunque no existen estándares universales de calidad del aire para todos los productos, existen normas como las Buenas Prácticas de Manufactura (CGMP) de la FDA, la Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria (FSMA), las normas del USDA y los programas de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP) establecen lineamientos estrictos para prevenir la contaminación y proteger la salud pública.
Estas regulaciones señalan la importancia de una eficiente calidad de aire interior, y exigen que las instalaciones cuenten con sistemas de ventilación y filtración de calidad, mantengan la presión de aire en zonas críticas y controlen la presencia de contaminantes como vapores, olores y bioaerosoles. Tecnologías como la filtración HEPA, el diseño de zonas de presión positiva, filtración de gases y el monitoreo ambiental frecuente se convierten en aliados indispensables para garantizar la inocuidad y garantizar la integridad de los alimentos.
El papel de la filtración del aire en el control de la contaminación

En las plantas de procesamiento de alimentos, la filtración del aire juega un rol fundamental. Un filtro no es un componente aislado: forma parte de un sistema de climatización (HVAC) diseñado para regular la ventilación, la temperatura, la humedad, la presión del aire y el tipo de partículas que puede entrar en dicha área. Estos factores son esenciales no solo para garantizar la calidad del producto, sino también para mantener condiciones seguras de trabajo.
La elección del filtro adecuado impacta directamente en los programas de seguridad alimentaria y en el cumplimiento de las normas de saneamiento. Ignorar su importancia puede tener consecuencias significativas: desde un mayor riesgo de contaminación hasta incrementos en el consumo energético, pérdida de presión en áreas críticas, mayor desgaste de los equipos, aumento de residuos y costos operativos más elevados.
En términos generales, las plantas pueden contar con hasta cuatro tipos de sistemas relacionados con el flujo y tratamiento del aire:

Sistemas de inyección y recirculación

Purificadores de aire

Casas de Filtros

Cuartos Limpios
Eficiencia en el tiempo de los filtros de aire.
Para capturar eficazmente bioaerosoles y otros contaminantes, se recomienda utilizar filtros de alta eficiencia con clasificación MERV y MERV-A, donde la designación “A” (por ejemplo, MERV 14-A) asegura que el filtro mantiene su rendimiento bajo condiciones reales de uso y evita caídas de eficiencia a medida que acumula partículas. Además, en áreas donde existe un mayor riesgo de contaminación interna o donde es crucial mantener la presión positiva del aire, la incorporación de purificadores de aire independientes puede aportar una capa adicional de defensa, reforzando el control de los contaminantes y garantizando así un entorno más seguro dentro de la propia área.

Al final, la responsabilidad de garantizar la inocuidad recae en los operadores de las plantas, quienes deben definir qué tipo de filtración se adapta mejor a cada proceso. No existe una solución única: cada instalación debe evaluar si requiere clasificaciones MERV, integrando filtros HEPA o implementando unidades de purificación de aire complementarias o una combinación de ellos. Por ello, colaborar con especialistas en filtración de aire es clave para diseñar sistemas que no solo cumplan con las regulaciones, sino que protejan los alimentos, optimicen las operaciones y fortalezcan la confianza del consumidor.
La necesidad de la presión positiva
Controlar la presión y la dirección del aire dentro de una planta de procesamiento de alimentos es un elemento esencial en cualquier estrategia eficaz de seguridad alimentaria. Lo ideal es que la presión interna sea positiva, es decir, que haya más aire adentro que afuera para que no entre aire contaminado del exterior. Esta diferencia impulsa el aire hacia afuera por puertas, ventanas abiertas o pequeños huecos estructurales, creando una barrera protectora que impide la entrada de contaminantes desde el exterior.
Dentro de las instalaciones, es fundamental gestionar cuidadosamente los gradientes de presión para que las áreas de producción más críticas mantengan los niveles de presión más altos, mientras que las zonas menos sensibles tengan presiones más bajas. Esta configuración asegura que cualquier partícula o microorganismo generado internamente se contenga y se aleje de las áreas de alto riesgo, evitando que los contaminantes se trasladen, por ejemplo, desde un almacén hacia la línea de procesamiento.
El aire acondicionado controlado en temperatura y humedad, junto con un filtrado avanzado, es un recurso valioso para los procesadores de alimentos. Los filtros de aire de alta tecnología, como los diseñados por Camfil, ofrecen una baja caída de presión promedio, lo que permite mover mayores volúmenes de aire de manera eficiente. Esto ayuda a mantener una fuerte presión positiva en todo el edificio y proporciona la flexibilidad necesaria para controlar y dirigir las corrientes de aire, garantizando así que se cumplan los más altos estándares de seguridad alimentaria, adaptándose a la configuración particular de cada planta.
Zonas de aire limpio: diseño de una estrategia de flujo de aire controlado
A diferencia de otras industrias manufactureras, las plantas de procesamiento de alimentos manejan una gran variedad de materias primas: desde ingredientes calientes y fríos hasta productos crudos, cocidos e incluso sacrificados. Cada etapa del proceso implica riesgos específicos de contaminación, por lo que es fundamental implementar soluciones de filtración de aire adaptadas a cada fase de producción.
En la fase inicial, donde se reciben y preparan las materias primas, es común que se genere una considerable cantidad de polvo en suspensión. Este polvo se captura en su origen mediante campanas extractoras que transportan el aire contaminado a colectores tipo cartucho ubicados fuera del edificio, minimizando así su presencia dentro de la planta.
Las zonas centrales de procesamiento son donde ocurren las operaciones más críticas. En estas áreas se suministra el mayor volumen de aire limpio y acondicionado, generalmente a través de unidades de tratamiento instaladas en la azotea que cuentan con múltiples etapas de filtración para proteger contra contaminantes. Por ejemplo, líneas de envasado aséptico dependen directamente de la calidad del aire ambiente, por lo que el rendimiento de la filtración en estas zonas es especialmente vital.

Los espacios dedicados a control de calidad y pruebas de sabor suelen estar físicamente separados de las áreas de producción y protegidos con filtros HEPA, asegurando la integridad del producto. Por su parte, las salas de almacenamiento temporal y los almacenes de productos terminados (incluidas las cámaras frigoríficas) requieren una gestión rigurosa de la temperatura y el flujo de aire para mantener los estándares de seguridad alimentaria.
Finalmente, además de las áreas productivas, las plantas incluyen oficinas y espacios administrativos que sostienen las operaciones diarias. Estos lugares albergan el activo más valioso de cualquier instalación: su personal. Por ello, garantizar que los empleados dispongan de aire limpio y saludable es tan prioritario como proteger la calidad de los alimentos.
¿Te gustaría conocer la estrategia para proteger la seguridad alimentaria, optimizar el rendimiento y garantizar el cumplimiento normativo?
Soluciones clave de Camfil para aplicaciones de la industria alimentaria
Camfil ofrece una completa gama de soluciones en filtración de aire y captación de polvo, diseñadas específicamente para las exigencias del sector para proteger la calidad de los alimentos y asegurar el cumplimiento de las normativas. Desde la prevención de la contaminación cruzada por mohos, bacterias y virus, hasta la captura eficiente de polvo fino y compuestos orgánicos volátiles, los productos Camfil respaldan cada etapa del proceso productivo.
Con una cartera diseñada para cumplir con los estándares más estrictos de la industria, Camfil permite a los fabricantes maximizar la excelencia operativa, alcanzar una alta eficiencia energética y mantener un bajo coste total de propiedad.
Las recomendaciones generales de filtración para instalaciones alimentarias incluyen:
Filtro Plisado
Dual 9
Dura 3 a 4 veces más
Filtro de Bolsa
Hi Flo ES
No requiere prefiltro
Filtro de Bolsa
Cam Flo XLT
Resistente a la Humedad
Filtro tipo W
Durafil ES3
Eficiencia energética
Filtro HEPA
Absolute VG
Liviano-robusto-eficiente
Filtro Terminal
Megalam
Procesos Asépticos
Filtro Molecular
CamCarb
Retiene gases que generan olores e irritación
Purificadores
CamCleaner
Para lograr los cambios de aire que tu área necesita, y retener partículas y gases según sus necesidades
¡Estas soluciones especializadas aseguran que cada instalación cuente con el sistema de filtración más adecuado, fortaleciendo la seguridad alimentaria y optimizando la operación!
De la eficiencia energética al cumplimiento normativo, descubre el impacto real de una buena elección de filtración.
Al evaluar filtros de aire, es fundamental ir más allá del precio inicial y considerar todos los costos que se acumulan a lo largo de su vida útil. Factores como el consumo energético, la pérdida gradual de rendimiento, la mano de obra para instalación y reemplazo, así como los costos de eliminación, forman parte del costo total de propiedad (TCO). Este enfoque financiero integral permite entender los gastos directos e indirectos asociados a un producto o sistema a lo largo del tiempo.
Los filtros con bajo costo inicial suelen obstruirse más rápido, lo que obliga a los sistemas HVAC a trabajar más y consumir más energía para mantener el flujo de aire adecuado. En contraste, los filtros Camfil mantienen su eficiencia por períodos hasta dos o tres veces mayores que los filtros convencionales, capturando contaminantes y preservando un flujo óptimo. Esto se traduce en un menor consumo energético, menos cambios de filtros, menos mano de obra y menos residuos generados, reduciendo significativamente el TCO.
Para facilitar decisiones informadas, Camfil ofrece el software de Costo del Ciclo de Vida (LCC), una herramienta avanzada que modela el TCO bajo condiciones reales. Analiza el precio del filtro, consumo energético, mano de obra, huella de carbono y costos de eliminación, además de recomendar el punto óptimo de reemplazo basado en la caída de presión.
Te invito a escribirme para recibir un análisis de Costo de Ciclo de Vida, completamente sin costo. Así podrás conocer las oportunidades de ahorro y optimización que existen en la filtración de aire de tu planta, sin afectar la seguridad ni el rendimiento de tu operación.
No se deje llevar por filtros baratos que aparentan ahorrar al principio pero que incrementan los costos operativos con el tiempo. Al invertir en filtros nuevos, considere siempre el costo total de propiedad para garantizar el mejor rendimiento y valor a largo plazo.

Contar con un aire limpio es fundamental para que el procesamiento de alimentos funcione de verdad.
No solo se trata de cuidar que los productos sean de calidad y evitar costosas retiradas del mercado, sino también de cumplir con las normas y mantener un ambiente seguro para todos los que trabajan ahí. Una buena filtración de aire es la base que permite que todo salga bien y sin sorpresas.
La verdad es que la calidad del aire está más ligada a la seguridad alimentaria y al rendimiento de la planta de lo que parece. Las empresas que ponen atención a esto no solo protegen la salud de sus clientes, sino que también logran ser más productivas, ahorrar energía y ganar buena fama.
Como especialista en filtración de aire para la industria de alimentos y bebidas estoy a tu disposición para ofrecerte soluciones de filtración de aire que cumplan con los estándares más exigentes y se adapten a tu propia necesidad. Desde filtros super eficientes hasta análisis que ayudan a entender el costo real durante toda su vida útil, estoy comprometida en ayudar a que los fabricantes tengan un aire más limpio, productos más seguros y un costo total más bajo.
En resumen, un sistema de ventilación bien diseñado y mantenido no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que también protege la integridad de los alimentos y refuerza la confianza del consumidor.
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